En medio de los bombardeos continuos, las autoridades israelíes emitieron un comunicado en las primeras horas de la mañana instando a la población del norte de la Franja de Gaza a abandonar la zona en un plazo de 24 horas "por razones de seguridad y protección". No obstante, esta medida es vista como altamente preocupante desde una perspectiva humanitaria por la ONU.

El equipo de la ONU en Palestina ha solicitado al gobierno israelí que revoque inmediatamente la orden de trasladar a la población al sur de Gaza, sin ofrecer garantías de seguridad ni de retorno. Según el organismo en Palestina, esta medida provocará una tragedia humanitaria que podría y debería evitarse. Hasta el momento, se ha informado que 1,800 palestinos han perdido la vida debido a los ataques aéreos israelíes, y la infraestructura de la región ha sido gravemente dañada. Además, el asedio total ha privado a la población de electricidad, alimentos, combustible y agua potable.

La reubicación forzosa de la población se considera un crimen contra la humanidad, según la relatora de derechos humanos Paula Gaviria Betancur. La ONU en Palestina enfatiza que las guerras están sujetas a reglas, y que los civiles deben ser protegidos en todo momento. Según el derecho internacional, Israel tiene la responsabilidad de tomar medidas de precaución en futuros ataques para minimizar el daño a civiles y a bienes de carácter civil.

Esta medida afectaría a 1,1 millones de personas, incluido el personal de la ONU y los refugiados en las instalaciones de la organización, como escuelas, centros de salud y clínicas.