El noreste de Estados Unidos se encuentra conmocionado después de un tiroteo que dejó 18 personas muertas y 13 heridas en una bolera y un restaurante en Lewiston, Maine. El autor de esta masacre, identificado como el militar en la reserva Robert Card, se suicidó en un tráiler cerca de una planta de reciclaje en la que trabajaba. Aunque se ha encontrado su cuerpo, las autoridades aún intentan esclarecer si se quitó la vida inmediatamente después de la matanza o si estuvo escondido en los bosques de la zona antes de suicidarse.

Las motivaciones detrás de este acto de violencia siguen siendo un enigma. Según Michael Sauschuck, comisionado de Seguridad Pública de Maine, existe un claro elemento de salud mental involucrado en esta tragedia. La paranoia y las teorías de conspiración parecen haber desempeñado un papel, e incluso se plantea la posibilidad de que Card escuchara voces. Aunque su comportamiento había levantado sospechas entre sus compañeros del ejército el verano pasado, no se le impidió comprar armas de fuego, ya que no había un ingreso forzado ni una "alerta amarilla".

Las autoridades descubrieron que Card poseía varias armas, algunas de las cuales había adquirido recientemente de manera legal. El arma utilizada en los tiroteos en la bolera y el restaurante, junto con otras dos pistolas, se encontraron cerca de su cadáver en el tráiler donde se quitó la vida. La distancia entre el lugar donde se le perdió el rastro y donde se suicidó es de aproximadamente un kilómetro y medio.

En un gesto que sugiere su intención de no sobrevivir, Card dejó un escrito a un "ser querido" antes de dirigirse a la bolera. En esta nota, confiaba el código de acceso de su teléfono y las claves de sus cuentas bancarias. Aunque no se considera una nota de suicidio explícita, su contenido sugiere que no planeaba seguir viviendo por mucho tiempo.

Durante 48 horas, las autoridades llevaron a cabo una intensa búsqueda del autor, movilizando a cientos de efectivos de diversas agencias. Esto llevó al confinamiento de varias localidades. Finalmente, el cadáver de Card fue hallado, permitiendo que las restricciones se levantarán y que la comunidad comenzará a recuperar cierta normalidad.

Esta tragedia ha conmovido a Maine y ha dejado un saldo de 18 víctimas, ocho de las cuales perdieron la vida en el restaurante y siete en la bolera. Entre los fallecidos se encuentran hombres y mujeres de edades que oscilan entre los 14 y los 76 años.

Algunos de ellos eran sordos, y entre las víctimas se encontraba el gerente del restaurante, que intentó enfrentar al atacante con un cuchillo, así como un padre y un hijo, y un matrimonio de septuagenarios. Este es el tiroteo masivo más mortal del año en Estados Unidos y el décimo en la historia del país.